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Venationes Ferarum

Venationes es el nombre que recibían los espectáculos celebrados en las arenas públicas
de la Antigua Roma. Esta forma de entretenimiento, basada en el asedio y posterior
muerte de animales salvajes y exóticos, tenía como objetivo demostrar poder y autoridad
frente a los mismos, considerados inferiores y por lo tanto sometidos al dominio del
hombre. Dichos eventos eran representados a manera de pinturas y mosaicos, siempre
resaltando la superioridad de una de las partes. Sin embargo, no fue sino hasta el siglo
XIX que los venationes se convirtieron en un género de grabados en los que se ilustraban
acciones de caza de “fieras salvajes” —reales o procedentes de bestiarios— en todo tipo
de escenarios.

En su proyecto más reciente, Kevin Mancera centra su interés en estas representaciones
y en las relaciones de soberanía allí presentes, explorando al tiempo las nociones de
colonización y salvajismo. El artista divide la muestra en dos temas principales: la lucha
del hombre contra el animal y el encuentro entre pares, siendo el poder la condición
transversal de cada una de las escenas representadas y la muerte la consecuencia de
muchas. Así, las imágenes construidas a partir de numerosos grabados antiguos se
convierten en grandes escenas de guerra y cacería en las que el todo o nada parece ser
la expresión principal. Esto permite que de ellas deriven múltiples lecturas que cuestionan
la incidencia del poder en el afán por prevalecer.

La forma de disponer las piezas en el espacio y la integración de textos plantea
igualmente un interrogante en torno a las posiciones de mando, no solo referentes a la
caza sino también al territorio, pues da cuenta de una serie de rangos, siguiendo un guion
similar al de un Museo de Historia Natural. En Venationes Ferarum, el texto ya no hace
parte del dibujo —como ocurre en gran parte del trabajo del artista— sino que se desliga
de el y se convierte en una herramienta que apoya no solo la interpretación de la pieza
sino de la muestra en su totalidad. De esta manera, Mancera hace alusión a la jerarquía
impuesta por los humanos sobre las “bestias salvajes” y en algunos casos sobre sus
semejantes, en la que sin importar la posición, el pez grande siempre se come al más
chico.

María Fernanda Mancera