El dibujo y el sonido son constantes en el trabajo de Kevin Mancera. Y dos rasgos comunes atraviesan transversalmente su producción: la larga duración, y el interés por los viajes. Sus proyectos están estructurados a partir de un viaje físico (La felicidad, un diario de viaje dibujado a través de América Latina, visitando lugares en el mapa que tuvieran el nombre "felicidad". Pero el viaje literario también ha sido constante en Mancera, quien entiende el dibujo como una herramienta de conocimiento. En Walden (2013) Mancera copió a mano la totalidad del libro de Henry David Thoreau, una jornada de auto-entendimiento a partir del aislamiento en la naturaleza -que para el artista se convirtió en el confinamiento voluntario en su taller. En Cosas de viaje (2010), realizado a partir de una residencia en Sao Paulo, singulariza imágenes producto de su experiencia de conocer un contexto nuevo, mientras que en Sobre el fracaso (2010), Mancera busca historias de personajes poco conocidos cuyos proyectos a menudo absurdos o delirantes no llegaron a feliz término, resaltando que una de las dimensiones poéticas del arte (y de la vida) es el fracaso.
El sonido ha estado presente en el trabajo de Mancera, quien tiene un programa de radio que se distribuye a través del internet. En la exposición "Al aire"(2013) Mancera realizó dibujos relacionados con cada uno de los programas que había emitido hasta ese momento, evidenciando que sus gustos musicales son tan eclécticos como su interés en la cultura, que no discrimina entre "alta" y popular. En el presente proyecto confluyen sonido y viaje literario, y se plantea como un periplo al interior de otro periplo. El sujeto de estudio en este caso es En busca del tiempo perdido de Marcel Proust, probablemente uno de los libros más citados pero menos leídos en la historia de la literatura moderna. En este trabajo performático, Mancera leerá uno a uno y en voz alta los siete tomos de esta monumental obra sobre la existencia y la memoria, y los grabará en cassettes, tecnología obsoleta que, a diferencia de lo digital, establece una relación mecánica entre la captura de voz y la materialidad del soporte, trazando un (invisible) dibujo magnético sobre una cinta, almacenada en una cajita, como lo indica su nombre en francés. Esta operación de traducción imagen/sonido/archivo tomará semanas de trabajo corporal de Mancera, y mucho de este trabajo será en solitario, lo cual parece apropiado en el caso de un trabajo sobre Proust, para quien el arte nace "no de la conversación y la luz del día, sino de la oscuridad y el silencio".
José Roca.